A continuación les ofrezco el testimonio que gentilmente accediera a redactar el amigo y maestro Antonio Alejo, veterano profesor de Historia del Arte de la Academia “San Alejandro” y mentor de varias generaciones de artistas plásticos cubanos, recientemente reconocido con el Premio Nacional de Enseñanza Artística que otorga el Ministerio de Cultura http://www.cubarte.cu/paginas/personalidades/quienesquien.detalles.php?pid=751.
Pido disculpas por la mala calidad de la foto que ilustra esta entrada, en que aprecemos junto al maestro, Acelia y yo, en ocasión de una visita que realizara a nuestro hogar en 1998.
Siendo profesor de la Escuela de Artes Plásticas “San Alejandro”, en los años setenta ingresó en dicha escuela una joven cuya conducta se destacó por su disciplina y su dedicación al trabajo; esa alumna fue Blanca Acelia Escalante.
Como mi materia en la escuela era Historia del Arte, no tuve tanta regularidad en la atención del trabajo de los talleres, pero participaba en los comentarios y conversaciones sobre el desenvolvimiento de los alumnos y también de las exposiciones. Pude observar que Blanca Acelia desde el principio de sus actividades en la escuela, mostró su interés en la plástica moderna cubana, y todos comentaban su inclinación en la personalidad de Amelia Peláez. Cuando tuve la ocasión de ver la continuidad de su trabajo, pude observar que en efecto, la obra de Amelia Peláez, la había impregnado con mucho interés, siendo para ella de gran inspiración. Ya en su quehacer profesional pudimos notar y comprender como su relación había sido la enseñanza y herencia de esa gran maestra que fue Amelia Peláez, siendo considerada por algunos como una seguidora. Esa fue la proyección sincera de esa artista que tanto llegamos a apreciar.
Como mi materia en la escuela era Historia del Arte, no tuve tanta regularidad en la atención del trabajo de los talleres, pero participaba en los comentarios y conversaciones sobre el desenvolvimiento de los alumnos y también de las exposiciones. Pude observar que Blanca Acelia desde el principio de sus actividades en la escuela, mostró su interés en la plástica moderna cubana, y todos comentaban su inclinación en la personalidad de Amelia Peláez. Cuando tuve la ocasión de ver la continuidad de su trabajo, pude observar que en efecto, la obra de Amelia Peláez, la había impregnado con mucho interés, siendo para ella de gran inspiración. Ya en su quehacer profesional pudimos notar y comprender como su relación había sido la enseñanza y herencia de esa gran maestra que fue Amelia Peláez, siendo considerada por algunos como una seguidora. Esa fue la proyección sincera de esa artista que tanto llegamos a apreciar. Profesor Antonio Alejo Alejo
Premio Nacional de Enseñanza Artística.
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